Celebrar la muerte

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En México y gran parte de Mesoamérica hay desde hace siglos una relación especial con la muerte. Los pueblos originarios de esta zona, desde mucho antes de la llegada de los españoles, han concebido a la muerte como una parte más del ciclo de la naturaleza y ha sido objeto de culto desde entonces.

Con la llegada de los conquistadores también llegaron la religión católica y los evangelizadores, quienes lograron fusionar este enraizado culto a la muerte con las tradiciones europeas, lo que dio origen a la tradición del Día de los Muertos.

Durante esta celebración, las familias mexicanas se ponen en contacto con aquellos que ya no están en este plano terrenal. Los lugares donde los cuerpos descansan se llenan de flores y en las casas se arman altares con fotos del difunto y diferentes ofrendas, que pueden ser alimentos, veladoras, inciensos, licores, flores, música y otros objetos personales del muerto. La idea general es que las almas de los seres queridos puedan vagar unos días por nuestro mundo y no les falte nada.

Pero las tradiciones varían según cada región. Aquí en Holbox y alrededores, como en toda la Península de Yucatán, las familias mayas conmemoran a los difuntos con el Hanal Pixan, que significa «comida de ánimas». A pesar del nombre, la práctica va mucho más allá de hacer una comida y servirla; son varios días de preparación que incluyen limpiar la casa, preparar los manteles, recordar los guisos preferidos del alma de quien se espera la visita, lavar toda la ropa sucia. Es decir, se realiza todo lo necesario para que el alma que llega se sienta realmente bienvenida. Ese alma es percibida como una persona viva: se habla de ella como si estuviera allí, se recuerda sus consejos, sus enseñanzas, su bondad o su maldad. Así cómo vivió en la tierra será recordado.

Cementerio Holbox

Cementerio de Holbox

Cada familia prepara su altar por convicción personal. Lo que se busca es transmitirle afecto a ese alma que se espera. Y que no se sienta olvidada cuando pase a visitar.

Según la tradición yucateca, el primer día de los festejos, 31 de octubre, se dedica a los niños y se llama U Hanal Palal. El segundo día, 1 de noviembre, está dedicado a los adultos y se le llama U Hanal Nucuch Uinicoob, y el tercer día, 2 de noviembre, es U Hanal Pixanoob, llamado también “Misa Pixán” que se celebra por las ánimas en el panteón del pueblo, en la cual los asistentes dan gracias por la felicidad eterna de sus seres queridos difuntos.

Hanal Pixan

Pib

Es una oportunidad especial para estar en cualquier lugar de México. Realmente vale la pena. En Holbox, muchas familias mantienen la tradición y visitan el cementerio de la isla y preparan sus altares y comidas en casa. Es tradicional el mucbipollo o pib: un tamal grande hecho de masa de harina de maíz y manteca, relleno de carne de pollo y cerdo y condimentado con tomate y chile, envuelto en hojas de plátano y que se cocina enterrado en un hueco en la tierra. Además, en la isla, al ser un lugar que recibe personas de tantos lugares diferentes, las costumbres más locales se mezclan con las de otras zonas de México y del mundo, dando un panorama diferente. Si te encuentras por estos lados, abre los ojos y pregunta lo que no entiendas. Que no te dé pena, recuerda que no es un momento de tristeza, sino una celebración.

Las ceremonias realizadas cada año dedicadas a los muertos representan no sólo el encuentro con sus antepasados, sino también con los integrantes de la comunidad. Y así, a través de los siglos, de familia en familia, de generación en generación, esta milenaria tradición se continúa manteniendo.

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